
Que las relaciones personales y comerciales no entienden de fronteras, hace tiempo que dejó de ser novedad. En consecuencia, tampoco lo es la internacionalización de los procesos judiciales que de esto se derivan. Resulta pues imprescindible adaptar nuestras herramientas y comportamientos a procedimientos que hasta hace unos años no estaban a nuestra disposición, o que aún estándolo, apenas se utilizaban.
En este post explicamos brevemente en qué consiste el proceso monitorio europeo y como utilizarlo; en qué beneficia a la parte acreedora, pero sobre todo cuáles son los riesgos de este instrumento para la parte deudora y cómo mitigarlos.
¿Qué es y cómo funciona?
El proceso monitorio europeo es un procedimiento aplicable en materia civil y mercantil (con algunas materias exceptuadas) que permite reclamar créditos vencidos y exigibles, en los casos en los que las partes tengan sus residencias habituales en distintos países de la Unión Europea.
El procedimiento se inicia a instancia del acreedor, ante el órgano jurisdiccional competente, con la presentación de un formulario estándar, en el que se debe fundamentar la reclamación y especificar la cuantía adeudada. Una vez el juzgado receptor de la reclamación la inspecciona y si considera que cumple con los requisitos de admisibilidad, expedirá un requerimiento europeo de pago para que la parte deudora, en un plazo de 30 días, efectúe el pago o presente un escrito de oposición.
Oportunidades que presenta el proceso
Al igual que ocurre con el proceso monitorio común, si el demandado ni paga ni se opone en plazo al requerimiento europeo de pago, éste deviene ejecutable automáticamente. La gran ventaja de este proceso en concreto es que la ejecución la tramita el órgano judicial competente del lugar en el que debe ejecutarse, conforme a la normativa aplicable en el mismo. De esta manera, el requerimiento de pago se ejecuta como si de una resolución interna se tratase, incluso llevándose a cabo en un país diferente al del demandante. De esta manera, y en comparación con otros procesos internacionales y/o en los que existe un elemento extranjero, el proceso monitorio europeo es sencillo y eficaz.
El segundo gran punto a favor que ofrece este procedimiento, es que en numerosas ocasiones es posible presentar la demanda en el juzgado del domicilio del demandante, lo cual facilita la operación enormemente.
Amenazas a tener en cuenta
Sin embargo, precisamente esta rapidez o automaticidad en la ejecución, es lo que puede dejar a uno fuera de juego si se está en la posición del deudor. Al igual que mencionamos en el párrafo anterior, este factor es común con el proceso monitorio ordinario. Sin embargo, el elemento extranjero es lo que, en este caso, debe hacer que se extremen las precauciones para asegurarse de que no pase el plazo sin haberse opuesto al requerimiento, abriendo así paso a una resolución directamente ejecutable.
Aunque en principio deba notificarse un requerimiento de pago europeo de la misma manera que uno interno, existe la posibilidad de recibir tipos de notificaciones a las que no estamos acostumbrados, así como en otros idiomas o en formatos que, por desconocimiento, dejamos pasar por no saber de qué se trata exactamente. Por este motivo es fundamental contactar con un/a profesional en el momento en que recibamos una notificación de cualquier tipo o en cualquier idioma en la que se mencione una deuda o procedimiento judicial, incluso aunque, en principio, no creamos que pueda afectarnos. En este sentido, también es importantísimo no contestar a esta clase de notificaciones, cartas o correos electrónicos sin contar con el asesoramiento de un/a profesional, ya que ciertas respuestas podrían considerarse un acuerdo tácito a algunas cuestiones incluidas en la notificación.
En conclusión, el proceso monitorio europeo es una herramienta muy útil que puede facilitar a un acreedor recuperar una deuda de origen extranjero, dentro de la UE. Sin embargo, y por este mismo motivo, es fundamental estar atento a notificaciones provenientes de otros países o en otros idiomas, ya que los efectos de un requerimiento europeo de pago pueden ser inmediatos. Para ello es importante contar con un equipo de profesionales capaces de responder con rapidez y eficacia ante estas situaciones.
En Nalda & Suárez Abogados somos expertos en litigaciones por impagos, tanto a nivel nacional como internacional. Además, contamos con experiencia previa muy exitosa en procesos monitorios europeos. Si quieres saber más sobre este tema, no dudes en escribirnos a: info@naldaysuarezabogados.es o llamarnos al 963 31 81 13. Estaremos encantados de atenderte.
Post escrito por: Elena de Nalda Tárrega